Para hacer las cosas mal no se necesita hacer nada, en cambio para hacer las cosas bien se necesita disciplina y trabajo duro. (Profesor Alberto Elias Fernandez Baena)

El dia viernes escuchamos al presidente Dr. Iván Duque manifestándose muy tibiamente sobre el tema de los Juegos Nacionales, textualmente dijo: «Esta semana estaremos escogiendo al nuevo director de COLDEPORTES, y le daremos vía a los juegos.»

Nunca he sido partidario de que las cosas se hagan de manera apresurada, sabemos que el presidente saliente, nos dejó con los crespos hechos, sin el respectivo recurso para poder terminar y/o hacer los escenarios que se requieren para estos juegos nacionales. En este escrito solo me dedicaré a hablar del escenario que me vio trasegar durante más de 30 años, donde todavía tengo un nudo en mi garganta cada vez que me acuerdo de las gestas gloriosas que por allí fuimos testigos.

El estadio 11 de NOviembre nace como ese grito desesperado de los cartageneros del año 1947, cuando el presidente Mariano Ospina Perez les preguntó a los coterráneos: «Quieren un estadio de besibol o alcantarillado..? El pueblo al unísono contestó: UN ESTADIO..!! Pués la historia ha sido nefasta con el templo del béisbol colombiano, que ya no aguanta más una mano de pañete, o de una pintura de la «mata de las pinturas».

El año pasado a pesar de mis quebrantos de salud transité por sus pasillos, por sus gradas, por sus sillas raídas por el tiempo, y su cachucha que se niega a seguir dando sombra, testigo mudo de los gritos hilarantes de aficionados que gritaban: INDIOS..! COLPUERTOS..!! e incluso desde hace algún tiempo en sus ecos temporales también se escuchan las placas de «picos» y canciones de champeta de la más perversa letra.

Si no estoy mal, la última vez que se le metió platica al estadio 11 de Noviembre fue para el gobierno de la Maria Mulata, quien para esas fechas me dijo que ella era fanática del fantasma cavadia y que él debería tener una estatua en el estadio. Hasta el dia de hoy no hay estatua de el fantasma, solo se que hay una de una mariamulata a la entrada de Bocagrande..!

Según archivo digital de la presidencia de la república, la inversión en los escenarios para los juegos centroamericanos del año 2006 fue de 140 mil millones de pesos, donde se hicieron varios escenarios nuevos, y al 11 de Noviembre, le invirtieron poco más de 13 mil millones. lea aqui: http://historico.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2006/junio/30/12302006.htm

Desde las épocas donde me tocaba transmitir en las gradas, gracias a la no aceptación de la clase radial de la época, por este negrito que hablaba raro, pude darme cuenta que nuestra clase política no ve el deporte como una fórmula de emprendimiento, de crear nuevos espacios sociales, de crear nuevos niveles de vida, no, solo se ve como una forma de ganar adeptos regalando camisetas, en épocas de elecciones para aprovechar el «votico» que tiene fulano o perencejo. Los últimos grandes ligas que ha tenido cartagena han salido de la más extrema pobreza, para tener un mejor nivel de vida y de poder ayudar a sus familias a salir adelante. Los contratos que han adquirido estos muchachos en sus organizaciones suman más de 100 millones de dólares, pero esto no lo ven los políticos.

El estadio 11 de noviembre que fue construido a contrarreloj, en solo seis meses, manifiesta cada día un mayor deterioro y los directores y alcaldes de turno ahora acuden a prestarlo a bailes de champeta donde el terreno de juego sufre demasiado, quedando en condiciones realmente deplorables.

Mis fuentes en la ciudad de Cartagena informan que el estadio en esta oportunidad recibirá una inversión de poco más de ocho mil millones de pesos. Me pregunto: Eso para que sirve..?, para traer al cartel del pañete y de la pintura o para realmente hacer un verdadero templo del béisbol…?

Ojalá que mis ojos puedan ver un nuevo estadio en Cartagena, porque mis eméritos colegas, ya durmiendo en el infinito, como Napoleón Perea, Melanio Porto, Carmelo Hernandez, Marcos Perez Caicedo, Edgar Perea, y muchos otros que no pudieron ver una colosal obra en Cartagena, para el único deporte de conjunto que le ha dado a Colombia un título mundial en tres ocasiones. Me declaro desde ya en rebeldía absoluta para que haya un movimiento en Cartagena, y se pueda lograr una obra ejemplar, para nuestro querido béisbol. Y si llegare a morirme, desde ya les diré a mis hijos que mis cenizas sean regadas en el terreno de juego del estadio, para ver si de esta forma mi espíritu combativo les recuerda a los alcaldes, gobernadores, senadores y representantes que necesitamos un estadio nuevo de béisbol.

Desde las Barrancas de San Nicolás más exactamente desde el barrio Boston, les digo: Pórtense bien cuidense y que sean muy felices.